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9/10 |
Hay una cosa que sorprende en esta película. Lo medido y bien proporcionado que está todo. No vamos a encontrar grandes aspavientos ni personajes con un carácter explosivo que llenan la pantalla. No, aquí está todo medido para poder entender unos personajes cuyo miedo es quedar en evidencia delante de los demás. José Coronado confiere a su personaje una multitud de registros, pero jamás entra en lo histriónico y en los lugares comunes de producciones americanas mucho más afamadas. Está perfecto. Y no es fácil, nunca lo es, pero cuando acometes la tarea de representar un personaje cínico, sin escrúpulos, que la única ley que respeta es la propia y, por lo tanto, con un sentido del deber más que sui generis, es muy fácil caer en todo lo anterior. Pero Coronado controla cada tic, cada respuesta, cada movimiento. Expresa todo con un gesto, con esa mirada cargada de intención y esos silencios tan espectaculares. Esta película se basa en el silencio y en las miradas, en lo que no se dice pero se intuye. Trinidad está casi toda la película pero sus líneas de diálogo no deben ser muchas, sin embargo entendemos sus motivaciones perfectamente. El resto de personajes no desentonan. La mayoría eran caras muy conocidas de la televisión, como Juanjo Artero, de nuevo en su papel de policía tras la serie de El Comisario. Me ha sorprendido Helena Miquel (componente de Facto Delafé y las Flores Azules), en el papel de la juez Chacón. Es un personaje aparentemente intrascendente. Y digo esto porque da la impresión que la juez es un juguete en manos de los demás, que parecen dudar de su capacidad en todo momento. Y como Trinidad, se mantiene impasible ante los desaires de los que le rodean. Es especialmente reseñable el momento en el que su hija le llama por teléfono y su hierática figura se descompone para hablar con ella, dándonos en apenas un minuto y, de forma totalmente pertinente, el papel de madre cariñosa que se empeña por esconder. Un pequeño paréntesis entre tanta deshumanización.
Urbizu trata muchos temas en No habrá paz para los malvados. Un guión muy sólido donde se nos presenta un retrato del Madrid del siglo XXI. Aquí hay delincuencia, lujo, prostitución, inmigración, bandas, corrupción, islamismo radical…vamos lo mejor de cada casa. No deja un cabo suelto y nos lleva a un potentísimo desenlace que podemos calificar ya de mítico. ¿Que si me ha gustado?
Pues mira, me alegro, porque no pensaba verla… me tenía un tufillo a remake de no es país para viejos, versión española con el Coronado sobreactuado que no veas.
Un besete!
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Hola! Nada de sobreactuaciones, otra cosa es que te guste el ritmo de la película, que puede resultar un poco frío. Y que todos esos actores tan conocidos no te tiren para atras: Mira el hijo de Sancho Gracia, el del barco, el del comisario, el de todos lados! Un besete para ti
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No alcanzo a entender las grandes críticas y contínuas recomendaciones que recibe “No habrá paz para los malvados”.
Es una buena historia sí, pero muy mal contada, sin explicar las motivaciones del único protagonista, Santos Trinidad y con unos secundarios no sólo insulsos, sino prácticamente inexistentes. Un guión más trabajado y una mayor profundidad en los personajes hubiese hecho de este film algo realmente extraordinario.
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